El ministro indócil
Al final, el ministro Campos tenía sus agallas. En un paisaje dominado por el temor serval a parecer desleal, cuya expresión más acabada es la figura sigilosa del funcionario obsecuente, el antigüo ministro de Justicia ha osado perpetrar un desafiante desacato a la autoridad presidencial. Probablemente, no ha querido convertirse en ese sombrío magistrado de la...