Ir al supermercado, hacer un depósito en el banco o comprar entradas para un concierto son tareas que ya no implican moverse del asiento. Con un solo clic puedes acceder a todo un abanico de opciones para facilitar las tareas y obligaciones a través de la tecnología. Si bien esto suena como un beneficio para la sociedad, ¿nos hemos cuestionado realmente el impacto que esto puede tener?, es decir, ¿seguiremos siendo imprescindibles?
El escenario en nuestro país ha cambiado drásticamente en los últimos años, aumentando considerablemente la disponibilidad, asequibilidad, relevancia y preparación del internet, aspectos que evaluó el estudio realizado por The Economist Intelligence Unit del que se desprende el ranking “The Inclusive Internet Index 2018”, donde Chile escaló 12 puestos en un año, ocupando el 8vo lugar a nivel mundial.
Estos datos nos convierten en grandes consumidores de tecnología lo que, según Manuel Orrego, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins, se debe a los recambios generacionales, haciendo hincapié en las nuevas categorías que definen los rangos etarios, como generación X (1965 – 1979), Y (1980 – 1999), y Z (2000).
“La comunicación es un intercambio de persona a persona, pero en la actualidad, las nuevas generaciones ya no necesitan estar físicamente en un lugar para generar vínculos. Eso es un cambio social muy grande que, por un lado, genera la facilidad de la inmediatez, simplemente me conecto a través del computador y se rompen las barreras de la distancia. Al ocurrir esto se genera un cambio en la percepción de la gente, entonces se producen fenómenos psicosociales, donde las personas se encuentran viviendo en dos mundos (virtual y real) y el problema reside en que ambos se consideran como realidad”.
Tecnología: ¿Tu aliada o tu enemiga?
Para la sociedad en general, el uso de la tecnología es algo que nos beneficia y que nos permite economizar tiempo y recursos a la hora de ejecutar una idea o acción, pero ¿somos realmente consientes de cómo se realiza?
Con esta interrogante nos referimos a la responsabilidad que se delega en la tecnología, como ente activo y parte de nuestra vida en todos los aspectos, ya sea en relaciones personales, transacciones económicas o fuente de información.
La segregación generacional hace la diferencia entre las generaciones X e Y, que nacieron en la era análoga, por lo que usan la tecnología como un recurso a diferencia de las últimas camadas (Z), quienes más que usuarios son vividores del internet y sus derivados, siendo el teléfono, computador y tablets objetos imprescindibles en su día a día.
Esta dependencia se produce, según explicó el académico de la UBO, debido a “algo que nosotros no queremos mencionar, y es que en estos aparatos se encuentra una nueva realidad, nuestra realidad. En estos dispositivos está disponible toda nuestra información y la personalidad de cada individuo a través de las redes sociales, programas, archivos, música, etc.”
Por esto se produce esa sensación de vacío al salir de casa y darte cuenta de que el celular no está en tu bolsillo, el sentirse fuera de un sistema de comunicación que nos facilita la vida y nos provee de ayudas rápidas y eficaces. Pero, ¿hasta qué punto la tecnología es nuestra aliada?
Centrales telefónicas, cadenas de producción en empresas o el sistema de correspondencia son solo algunos de los oficios que han sido reemplazados por la tecnología, y este recambio es un proceso en movimiento que, si bien ha tomado décadas llegar a lo que es, actualmente se reduce el periodo de progreso, por ende, abarca mucho más terreno.
“La tecnología es muy útil, pero es necesario medir los efectos, impactos y riegos que puede provocar. Sin olvidar a las personas, porque creo que nos estamos preocupando de la parte dura de la tecnología, no la estamos uniendo con los riegos que corren las personas. Proyectamos esto para una década más, pero en realidad en un periodo corto de tiempo van a haber grandes consecuencias” aseveró el académico de Psicología.
Como sociedad no tenemos otra opción que la responsabilidad tecnológica. Hacer un buen uso de estas herramientas es la única opción para preservar nuestra identidad y no descuidar lo tangible, el entorno. Otra forma de apalear el impacto de la tecnología es la capacitación, para volver al punto en el que fuimos indispensables.
Si bien, el avance de la tecnología es inevitable, debemos ser conscientes de que no lo es todo e inculcarlo a las nuevas generaciones, porque, si no lo hacemos hoy, ¿seremos necesarios mañana?