La Adolescencia: difícil etapa familiar

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Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma los efectos positivos de mantener una comunicación fluida entre padres e hijos, destacando los comportamientos menos agresivos y una baja probabilidad de consumir sustancias como drogas y alcohol.

Todas las familias lidian con algún adolescente, ya sea hijo, hermano o primo y, en el último tiempo, se hace cada vez más difícil relacionarse con ellos, debido a los cambios culturales y generacionales, los jóvenes defienden sus ideas, persiguen sus sueños y desafían las decisiones tomadas por sus padres.

Todo esto ocurre porque la adolescencia es una etapa en que los jóvenes definen quiénes son, transformándose en un momento crítico del desarrollo humano, que se traduce en una crisis de identidad, donde los conocimientos, las habilidades y las experiencias adquiridas son re-definidas abruptamente.

Para el académico e investigador de la Escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O’Higgins, Sergio Espinoza, los adolescentes buscan información que les permita definir sus ideales y propósitos. En esta búsqueda de identidad, el círculo de amistad juega un rol preponderante, incluso superando los consejos del grupo familiar, sin considerar los peligros y conflictos que pudiesen ocasionar.

 “Es ideal que los padres se comuniquen con los hijos desde pequeños, para aprender a conocerlos durante el periodo de tiempo que transcurre entre la niñez y adultez, escuchándolos antes de reprochar; entender y aceptar antes de imponer un mandato. De esta forma, será posible conservar un vínculo afectivo fuerte y duradero”, señala el docente.

Por ello, Espinoza dice que es necesario que los padres adopten una actitud diferente y renovada, aspirando a formar parte de la vida real de ellos respetando su libertad y privacidad como personas independientes. “La tarea de los padres no consiste en ser autoritarios, sino que influir sobre ellos de tal manera que tomen el consejo positivamente, evitando conflictos y desencuentros”, explica.

El respeto por los espacios personales

Los cambios provocan que el concepto de independencia se convierta en la idea principal de los adolescentes. Contar con espacios personales, recreacionales y de manejo de relaciones interpersonales ayuda al crecimiento y madurez del individuo, momento en que los límites de autodeterminación no deben ser olvidados.

Es necesario que los padres expliquen a los jóvenes sus razones para delimitar hasta qué punto pueden realizar ciertas acciones, considerando que ellos requieren de sus momentos introspectivos. Esta combinación permitirá que las relaciones entre ambas generaciones no sea conflictivo, sino que de sentido constructivo para el adolescente”, indica José Miguel Peña, académico de la Escuela de Psicología de la UBO.  

Por su parte, Sergio Espinoza agrega que “los  acuerdos no son solamente normas de conducta o de buena educación, sino que cumplen un papel fundamental en el desarrollo de la identidad, resultando favorable generar reglas inclusivas o acuerdos de compromiso que no se traduzcan en una restricción, mas sí en un límite que garantizará la seguridad y tranquilidad de ambas partes”.

Cualquier familia que se encuentre lidiando con algún adolescente debe tratar de comprender la etapa que está viviendo, priorizando la comunicación por sobre las conductas autoritarias que podrían causar un efecto contrario al esperado, y, tal vez, recordar la experiencia personal cuando tenían su edad sería una clave para generar un buen ambiente familiar.

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