El día de la Tierra se creo para aumentar la conciencia pública sobre los problemas ambientales, problemas que han ido en aumento producto del calentamiento global y el cambio climático.
En estos días, las autoridades difundieron el protocolo de racionamiento hídrico para la ciudad de Santiago de Chile, racionamiento que no ha dejado indiferente a nadie, ya que no sólo Santiago presenta este tipo de problema, si no que 76% del país enfrenta problemas de sequía, desertificación y degradación de suelos. Pero, ¿será correcto hablar de sequía en las condiciones en que nuestro país se encuentra? Si entendemos la sequía como “una anomalía climatológica transitoria en la que la disponibilidad de agua se sitúa por debajo de lo habitual de un área geográfica”, se subentiende entonces que llevar 13 o 14 años de sequía dejo de ser una condición transitoria, por lo que se debe hablar de un cambio en el clima, y no sólo de la zona central, si no más bien, de todo el país.
El clima cambio definitivamente, Santiago ya no tiene un clima cálido templado con lluvias invernales, del tipo Csa sgún Kóppen, ahora pasó a tener un clima desértico BWk, en el cual los inviernos son muy fríos y los veranos templados o cálidos, con escasas precipitaciones. Y la verdad, es que la evidencia así lo demuestra: primero, las temperaturas máximas han aumentado entre 4°C y 5°C en los últimos 30 años, particularmente, en el verano y, segundo, existe un déficit de más del 70% de precipitaciones y un 80% de déficit de nieve caída en la Cordillera de Los Andes.
Dado este nuevo escenario, seguir hablando de sequía no aplica, debemos comenzar a hablar de la adaptación a este nuevo clima, similar al que tienen los valles interiores de la Región de Coquimbo. Poco a poco la biodiversidad también va a variar, la vegetación y fauna van a ser otras, más pequeñas y de características desérticas.
Es por esto que en el día de la Tierra es importante tomar conciencia y dejar de ser un país reactivo. Las autoridades deben entender que la planificación a largo plazo en materias de Riesgo de Desastres y Cambio Climático puede cambiar el escenario de manera crucial en la vida de las personas. En estos momentos, no sacamos nada con pagar la construcción de embalses, si no hay agua para llenarlos.
Fabiola Barrenechea Riveros
Observatorio en Gestión de Riesgo de Desastres
Universidad Bernardo O’Higgins