Son cinco los estudiantes de la carrera de Educación Física, Deporte y Recreación, que se propusieron desarrollar una actividad distinta e innovadora, que les permitiera ganar experiencia profesional y, al mismo tiempo, marcar un impacto positivo en la comunidad.
Los estudiantes presentaron en 2016, un completo proyecto al Ministerio de Educación, en el que se expone un análisis de la actividad que pretendían desarrollar con niños con capacidades diferentes. Tras recibir la aprobación y el financiamiento necesario por parte del Ministerio, comenzaron este año a impartir clases de natación a alumnos del Colegio Santa Teresa de Ávila.
El proyecto tiene como objetivo crear una instancia de recreación y esparcimiento para los niños, y que además, les entregue las herramientas para ver que son autosuficientes y capaces de desarrollar este tipo de actividades. “El proyecto empezó gracias al profesor Marcelo Muñoz, que nos dio la idea porque él está ligado al trabajo con niños con capacidades diferentes”, cuenta Katherine Sagardia, estudiante de Educación Física, Deporte y Recreación.
El financiamiento del Ministerio dura solo un año, por lo que para continuar con el desarrollo de la actividad, deberán postular nuevamente. Este taller cuenta actualmente con alrededor de 10 niños que son tratados casi de forma personalizada por los estudiantes de Pedagogía en Educación Física.
Los estudiantes que participan en este proyecto son: Katherine Sagardía, de 4to año; Paula Jara, Juan Zuñiga, Matías Medina y Bastián Allende de 3er año. Para Paula Jara “ha sido una experiencia enriquecedora, era un área que no conocíamos, además, estudiar entrega mucha teoría, pero si no lo practicamos, al final se hace muy complejo, de hecho cuando empezamos las clases no teníamos técnicas para tratar a niños con capacidades diferentes, pero ahora hemos ido aprendiendo”.
Liset, mamá de Francisca, una de las niñas que asiste a este taller dice que “esto ha sido fabuloso, ella tiene problemas para relacionarse con gente que no sea del círculo familiar, pero aquí se sociabiliza con más gente, está aprendiendo a través de los juegos y, de hecho, siempre me dice que quiere que sea jueves para poder venir, está feliz”.
Juan Zúñiga comentó que “comenzar a ser profesor de niños que necesitan una atención especial, nos ha servido bastante, pensando que existe la posibilidad de que alguna vez nos toque trabajar con niños con capacidades diferentes”.
Por su parte, Katherine Sagardía, destacó que a veces “hay que desmitificar la situación de los niños con discapacidad, porque aunque tengan un deterioro mental o físico, nos hemos dado cuenta de que ellos pueden hacer las mismas cosas que otros niños, así que nos ha ayudado bastante también en lo personal”.
Los apoderados destacaron el compromiso de los estudiantes de la U. Bernardo O’Higgins y comentaron que “los profesores siempre están pendientes de mi nieta, de hecho a veces hay uno solo dedicado a ella y eso es muy bueno. Esto le ha servido mucho, porque al principio le tenía miedo a la piscina grande y de a poco ha ido mejorando”, dijo Carmen, abuela de Javiera, una de las niñas que asiste a este curso.
Katherine Sagardía invitó a que otros estudiantes de la Universidad se motiven a hacer este tipo de actividades, pues “es una buena instancia para aprender, para interactuar con niños con capacidades diferentes y la Universidad entrega todas las facilidades para hacer este tipo de proyectos, así que si tienen la intención de hacer algo parecido, les recomiendo que lo hagan”.