En Chile, de a poco las instituciones, empresas, entro otras, retornan a sus oficinas, los que nos sugiere enfrentarnos a un nuevo desafío como seres humanos, desde lo profesional y lo personal, por tanto, la resiliencia toma un rol importante.
Conozcamos algunas medidas para lograr un adecuado retorno laboral:
– Infraestructura adecuada: Contar con espacio para un aforo adecuado, instalaciones sanitarias acordes y supervisadas por entidad correspondiente, disponibilidad de agua, jabón y/o alcohol gel, disponibilidad de mascarilla para todos los trabajadores y personal para vigilancia de su correcto uso.
– Mantener la trazabilidad de los contactos en los distintos grupos.
– Evitar reuniones en espacios cerrados.
– Informar de manera clara y oportuna: sobre las decisiones de retorno a las actividades laborales y los cambios que generan las medidas sanitarias.
– Incorporar actividades extra programáticas: enfocadas a la actividad física y la expresión artística.
– Flexibilidad: Organizar grupos de retorno, contemplar retroceso y medidas especiales, en caso de aumento de contagios y contemplar trabajo mixto (presencial-online).
– Búsqueda de Información continua: mantener actualizada la información epidemiológica y científica sobre la pandemia.
Más allá de las medidas de contención sanitarias, las empresas recibirán personas cuyas vivencias estos meses han sido muy diferentes. Algunos habrán disfrutado del contacto con la familia y de una menor presión laboral, mientras que otros habrán pasado por experiencias difíciles, muertes de familiares y/o amigos, trabajar bajo presión, las cuales pueden ser potencialmente traumatizantes. Para la mayoría, el mayor reto será ahora mantenerse motivados para continuar sus actividades a pesar de la incertidumbre acerca de cómo la pandemia afectará a su vida, con la posibilidad de nuevos confinamientos y una vuelta al trabajo remoto.
Es aquí en dónde la resiliencia toma un rol importante: “Considerar que no todo lo que se ha vivido ha sido catastrófico; por el contrario, se han adquirido nuevos conocimientos, habilidades y destrezas que nos ayudarán a mejorar en las siguientes etapas de la vida”. Es aquí donde la academia, debe estar centrada también en los procesos afectivos, ocupándonos de nuestro autocuidado. Debemos ver esta nueva etapa, como una oportunidad de desarrollar aprendizaje significativo, en este momento único del acontecer a nivel mundial, procurando la cercanía afectiva a pesar del distanciamiento social, y teniendo en claro que las condiciones sanitarias pueden cambiar, por lo que se debe planificar acorde a los cambios que pueda traer la contingencia en salud.
Carla Araya Villarroel
Académica Escuela de Enfermería
