Sea partidario o detractor, ya es una obligación que los conductores disminuyan marcha y quiten el pie del acelerador ante la modificación de la Ley de Tránsito que reduce el límite de velocidad en zonas urbanas del país, bajando la velocidad máxima de los 60 a 50 kilómetros por hora.
De acuerdo a lo señalado por la ministra de transportes y telecomunicaciones, Gloria Hutt, esta reforma complementa las disposiciones de convivencia entre quienes transitan por las calles; mientras que los parlamentarios defendieron la idea que disminuirán los accidentes y las probabilidades de muerte para quien se encuentre involucrado.
Para entender el impacto social de la reforma, conversamos con el director (i) de la Escuela de Ingeniería de Ejecución en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente, Richard Oliva, quien afirma y explica las consideraciones políticas.
¿Qué beneficios trae disminuir la velocidad en zonas urbanas?
Esta Ley concientizará a la población de que la velocidad es un factor de riesgo al momento de evaluar los accidentes de tránsito, por lo que esta medida espera cambiar la conducta de los conductores con la intención de bajar la cifra de accidentes de tránsito con resultado de muerte y lesionados. Por otra parte, genera una convivencia más armoniosa entre automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones.
¿Cuál es el impacto en el tránsito vehicular del país?
Si bien es una legislación que está recientemente publicada, la ciudadanía debe tomar conciencia que se verán algunos impactos en el tránsito vehicular. Por una parte, los desplazamientos serán más lentos, así que la población debe estar preparada para que estos sean considerados al momento de planificar sus viajes al trabajo, colegio u otros lugares.
¿Considera que esta medida contribuye a disminuir los accidentes de tránsito?
Según estudios realizados en Reino Unido y Australia, la reducción de la velocidad mínima disminuyó significativamente los atropellos hasta en un 51%. En nuestro caso, la puesta en marcha de esta Ley pretende bajar en un 25% las muertes por siniestros viales, cifra no menor, ya que según la Comisión Nacional de Seguridad de Transito (Conaset), durante 2017 se registraron 1.483 fallecidos en accidentes de tránsito. Es una medida importante, pero debemos estar claros que la educación vial es un punto que estamos al debe.
¿Cuál crees que será la percepción de los automovilistas y peatones?
Este tipo de medidas no será muy aceptada por algunos automovilistas, porque hay sectores que están más expuestos a ser fiscalizados, como el rubro de taxistas o comerciantes que deben transitar habitualmente por diversas arterias urbanas. Por otra parte, tanto peatones como ciclistas, se verán más seguros al desplazarse por la ciudad, ya que esta medida ayudará a disminuir la cifra de accidentes de tránsito en la que se ven involucrados peatones y ciclistas.
¿Qué otras medidas se podrían usar para contribuir a la nueva Ley?
Creo que la educación vial sería otro paso importante de realizar, debido a que es necesario educar a la población sobre los riesgos y las medidas preventivas; además de que entiendan las obligaciones y deberes que se tiene como conductor. Lo importante es que cada persona que se suba a un vehículo conozca sus obligaciones al momento de conducir, respete las leyes del tránsito y comprenda que las calles de la ciudad no son una pista de carrera. Por eso, creo que el respeto entre todos los transeúntes es primordial para la seguridad de todos.