[Entrevista] Freddy Sánchez: “En las vacaciones, existe una mayor predisposición a gastos en compras de ocasión, alimentación y diversión”
Febrero es el mes preferido por los chilenos para disfrutar del descanso laboral y escolar. La oferta turística está cada vez más al alcance del bolsillo, considerando las tarifas de transporte “low cost”, promociones en paquetes turísticos o la baja de la divisa estadounidense, convenientes opciones para viajar a diferentes puntos del país o a múltiples destinos en el extranjero.
Transporte, alojamiento, alimentación, panoramas y souvenirs, son los ítems a considerar en cada viaje; además de aquellos gastos que surgen de improviso, como enfermedades o accidentes. Con todo ello, la planificación de las fechas y del presupuesto es un aliado fundamental para vivir una experiencia que querrá recordar para siempre.
Para conocer al visitante nacional, el director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad Bernardo O’Higgins, Freddy Sánchez, realizó una radiografía al turista chileno, basándose en la información entregada por el Servicio nacional de Turismo.
¿Cómo es la cultura de los chilenos ante la temporada estival?
El mes de febrero es, sin duda, sinónimo de vacaciones, de playa y de descanso para la gran mayoría de los chilenos. Esto queda de manifiesto con las cifras que avalan la aseveración, debido a que el 30% de los viajes que realizamos es para disfrutar del segundo mes del año. Pero si totalizamos toda la temporada, enero y febrero concentran la mitad de los desplazamientos que se realizan en todo el año.
¿Cuál es el medio de transporte preferido para cada viaje?
Para movilizarse en vacaciones, el 57% de los turistas nacionales utiliza el automóvil; un 29,8% prefiere subir a los buses interurbanos; y el 7% considera que comprar un boleto en una aerolínea es la mejor opción. Tampoco podemos dejar de lado a los compatriotas que recurren al uso compartido de vehículos, el popularmente conocido “hacer dedo”.
¿Cuánto dinero gastamos en cada éxodo de la ciudad de residencia?
De acuerdo a los datos proporcionados por Sernatur, en 2017 más de 6 millones de personas disfrutaron de 11,6 días de descanso y gastaron 259 mil pesos, como promedio, lo que significa que es necesario asignar un ítem de vacaciones al presupuesto. Cabe señalar, que más de la mitad de los veraneantes ahorran en los costos relacionados con alojamiento, al acudir a casas de familiares o amigos; o bien, compartir los gastos de arriendo de una vivienda, cabaña o camping, con lo que se aliviana un poco la carga monetaria de quienes financian el viaje.
En el caso de los turistas nacionales que prefieren salir del país, el viaje al extranjero tuvo una duración de 7,8 días, generando un gasto de US$634 por persona, en promedio, siendo Argentina, Perú y Brasil los destinos predilectos para pasar los días libres.
En comparación con 2017, ¿qué tan conveniente es salir de vacaciones este año?
Comparativamente, en 2018 existen condiciones muy favorables para salir de Chile, debido que a mediados de enero de 2017 la divisa norteamericana se cotizaba a 729 pesos chilenos y, a la misma fecha de este año, el dólar observado se cotiza muy por debajo, CLP$608,04.
Además, es más factible comprar un pasaje ante las diversas ofertas que lanzan al mercado las diferentes aerolíneas y flotas de buses. Incluso, el precio del combustible del último trimestre se encuentra dentro de un rango razonable, tomando en cuenta que es el medio de transporte preferido por los chilenos para movilizarse por las carreteras del país.
Entonces, ¿las vacaciones representan un mayor gasto o una parte de los gastos mensuales?
En las vacaciones existe una mayor predisposición a gastar dinero en aquellas compras de ocasión, alimentación y diversión. Las cifras nacionales nos indican que, aproximadamente, un 11% del presupuesto familiar se destina a ítems tales como recreación, cultura, restaurante y hoteles. De esta forma, el primer quintil de ingresos destinaría mensualmente $26.730, y aquel de mayores ingresos, alrededor de $240.941 mensuales. En consecuencia, existiría una parte del presupuesto mensual que se redestina a vacaciones.