La tecnología no deja de sorprender al mundo con adelantos cada vez más asombrosos, pero esta revolución comenzó hace algunas décadas atrás. Luego de 30 años de su creación, la impresora 3D adquirió la fama que pocos le atribuyeron en su momento, transformándose en un elemento fundamental para reemplazar carencias del Siglo XXI.
En 1983, el ingeniero Chuck Hall realizó la primera impresión en tres dimensiones, a través del método que denominó estereolitografía. Desde entonces, utensilios de cocina hasta prótesis óseas o dentales se pueden obtener en minutos u horas, dependiendo del tamaño, forma y complejidad del elemento, teniendo como único impedimento para su uso a la imaginación.
Para conocer más de las impresoras 3D, el académico de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad Bernardo O’Higgins, José Luis Benavente, nos cuenta los beneficios, riesgos y proyección de esta tecnología en nuestro país junto con las Casa de Estudios Superiores.
¿Cuáles son los beneficios de las impresoras 3D?
Lo más básico es hacer utensilios plásticos como cucharas, tenedores o vasos. Así de prácticas son las impresoras 3D, donde una idea se puede tener en las manos en cosa de minutos u horas, como máximo. También, es posible elaborar elementos que brinden alguna ayuda técnica, como lo hicimos con los estudiantes de Terapia Ocupacional en noviembre del año pasado.
Son tecnologías nuevas que, tal como sucedió con el computador, en un principio no es para el alcance de todos, pero, en un futuro, vamos a tener una impresora 3D en nuestro hogar y no necesitaremos comprar cosas, sino que crearlas e imprimirlas.
¿Cuáles son los riesgos de este aparato?
Como toda herramienta, la podemos usarla para el bien o el mal. Por ejemplo, cuando comenzó esta revolución, la empresa que empezó masificar esta tecnología fue makerbot. Entonces, cuando salió al mercado, un estadounidense dibujó su propia arma y la comenzó a imprimir. Al principio, sacó un prototipo de plástico, disparaba dos balas y se desarmaba. Después, lo mejoró y disparó 200 balas sin problemas. De ahí se desprende que el riesgo es demasiado porque en los detectores de metales estas armas pasan sin problemas o se puede pensar que es un juguete, pero si utilizamos correctamente la impresora 3D obtendremos grandes beneficios
¿Qué proyecciones se podrían hacer al respecto?
Se está trabajando en la impresión de metales, lo que es muy útil para conseguir un repuesto que no se encuentra o está obsoleto. Lo que también se está impulsando es la “impresión 4D”, llegando al punto de, por ejemplo, imprimir un cubo y que se convierta en pez al lanzarlo al agua.
Además, pienso que en los próximos 5 años tomará fuerza la impresión de órganos, basado en el trabajo con células del paciente que se cultivan para realizar el trasplante al mismo paciente, disminuyendo el riesgo de rechazo dado que son sus mismas células, ayudando demasiado a la humanidad porque eliminamos las listas de espera de trasplantes de órganos.
En ese sentido, ¿es posible tener un órgano funcional por impresión?
Es posible. Ese órgano estará impreso con las mismas células de la persona que son cultivadas y reproducidas depositando una capa sobre otra transformando la figura en tres dimensiones para formar el órgano. No estará impreso bajo el mismo método de los objetos, sino que todo es antiséptico y estructurado para que mantenga su estructura
¿Cuál es el trabajo que realiza la UBO en esta materia?
Si una Universidad no tiene una impresora 3D se está quedando fuera de los estándares tecnológicos. Es una herramienta bastante útil que ayuda mucho a todas las carreras de ingeniería y, me atrevo a decir, que a todas las carreras de salud. Ya trabajamos en la elaboración de piezas para el auto solar que nos representó en la Carrera Solar Atacama 2018 y en la impresión de prótesis y órtesis para los alumnos de Terapia Ocupacional.
Es por ello que estamos muy entusiasmados para participar en los proyectos universitarios que se presenten y a realizar más experiencias interdisciplinarias para que, de esa unión, generemos más beneficios sociales.