Bernardo O’Higgins, hijo de Ambrosio O’Higgins e Isabel Riquelme, nació un 20 de agosto de 1778, estudió en Chillán, Perú, España y finalmente en Inglaterra, regresó a Chile en 1802, llegando a ser Diputado en 1811, un líder en las Campañas Militares de la Patria Vieja y designado Director Supremo en 1917, cargo al que abdicó en 1823.
Luego de aquello, O’Higgins viaja al Perú, país donde permanece hasta su muerte en 1842. Justamente este es el periodo que decidió estudiar el investigador, Dr. Patricio Ibarra y que le permitió publicar el libro «Ahora soy un simple particular: Vida de O’Higgins en el Perú», el que fue editado por el Centro de Estudios Históricos (CEH).
¿Por qué O’Higgins decide irse a Perú?
Se va de manera voluntaria, pero forzado de alguna forma. En 1823 estalla una pequeña revolución en el sur, encabezada por el General Freire, entonces ante la posibilidad del estallido de una guerra civil, Bernardo O’Higgins decide renunciar para evitar un enfrentamiento que podría haber sido largo y sangriento. En consecuencia, él decide partir al Perú, pero era pasajero para después partir a Europa, fue algo circunstancial.
Entonces, ¿por qué finalmente se queda en Perú?
Creo que por dos factores importantes, uno porque es muy bien recibido en el Perú, él considera que es un país hermano, no en vano ayudó a su liberación a través de la Escuadra Libertadora peruana, pero también era un tema económico, si bien él recibió la Hacienda de Montalbán de parte del Estado Peruano, como recompensa por lo que hizo por la Independencia del país, eran tierras que estaban muy destruidas y por lo tanto, le costó echarlas a andar para hacerlas productivas. En resumen, vio que lo trataban bien, le costó hacer andar sus tierras y dijo “bueno, me quedo acá”.
¿Estaba conforme con la decisión de establecerse en Perú?
Creo que lo mejor para él era haber podido retornar a Chile, pero no lo hizo porque lamentablemente en las primeras décadas no estaban las condiciones políticas para que volviera, hubiese sido un factor de disenso importante, yo creo que eso lo entendió y decidió quedarse, pero cuando quiso regresar, sus enfermedades no lo dejaron.
¿Por qué decide basar su investigación en estos últimos años de O’Higgins?
Fundamentalmente porque hay un vacío historiográfico importante, las biografías de O’Higgins en general se refieren a su niñez, juventud, trabajo en la Guerra de Independencia y sus Gobiernos, pero esta época, que son bastantes años, entre que se va al Perú y fallece, estaban olvidadas por los historiadores.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de Bernardo O’Higgins?
A mí lo que me interesó de trabajar en este escrito tiene que ver con la intimidad de O’Higgins, al leer su epistolario, las cartas que él se intercambió con distintas personas, en diferentes momentos, da una perspectiva de su vida cotidiana e íntima y ese fue mi énfasis, me pareció que era importante darle una vuelta al personaje, uno tan grande y con tantas aristas, que era necesario conocerlo más.
¿Cómo lo definiría como persona?
Era de una personalidad fuerte, como para tomar la decisión de dejar de trabajar sus tierras, con las que estaba muy tranquilo y meterse en la Independencia de un país, tiene que haber tenido un carácter fuerte para ello, también era muy querendón de su familia, uno de los aspectos más notables de su estadía en Perú es la preocupación que tiene por su mamá, hermana e hijos.
¿Cuál cree que es el mayor legado O’Higgins?
Él entregó una visión de Estado y puso las bases para fundamentar la República, si Chile es un país que instauró una República Liberal, en el sentido de que hay instituciones y una división de poderes, es fundamentalmente gracias a estos años formativos. Si hay algo que se puede cuestionar en las décadas posteriores, respecto al desarrollo institucional de nuestro país, son los grados de libertad, pero lo que está ahí es la República de Chile y eso es herencia de la Independencia y por supuesto, de O’Higgins.
¿Qué cree que hay que destacar de Bernardo O’Higgins?
Creo que es el hacer cosas impensadas e ir un poco contra la corriente, porque justamente lo que caracteriza a los personajes notables es que comprenden su tiempo, saben que hay momentos de cambios y que hay que ir en determinadas direcciones y eventualmente hacen cosas que nadie estaba esperando, tal como Prat enfrenta al Huáscar, cuando lo lógico hubiese sido que no lo hiciera porque su nave era mucho más débil… En el caso de O’Higgins él cree en la República y se la juega por ella, cuando no estaba tan claro qué era lo que se necesitaba.
¿Qué le parece el resultado final del libro «Ahora soy un simple particular: Vida de O’Higgins en el Perú»?
Estoy muy feliz con esta publicación, es un proyecto de varios años que lideró el profesor Cristian Guerrero y estoy muy contento con el resultado porque creo que me pude hacer cargo de una faceta que no se había trabajado antes, que era darle una perspectiva más humana a O’Higgins, durante su estadía en el Perú.